¡Vaya
fin de semana! (3 de 5)
A
la llegada al valle de Lumbier, veo que el hangar del compañero
con el cual me voy a ir a Villanueva de Gallego está abierto.
Son las 0950 y no habíamos quedado hasta las 1000 (en teoría,
con los motores ya encendidos, pero todavía tengo que respostar).
Aterrizo
por la 18, dejo el trasto a la puerta de mi hangar y tras los
saludos de rigor. No corro si no vuelo hacia mi furgoneta. Tengo
que bajar a la gasolinera para repostar y marchar dirección
Villanueva.
En
el camino hacia la gasolinera, me encuentro a mi compañero
de viaje que vuelve de la gasolinera:
-
¿Pero no habíamos quedado a las 1000 en el aire?
- Sí, pero necesito repostar, ahora vengo.
Me
viene a la memoría la máxima de que la mejor defensa
es un ataque. Siendo las 1015, ha sido él el más
impuntual. Qué más da. Estamos de fin de semana
y casi no ha empezado el sábado. Pienso hacia atrás
y al ver los coches de los compañeros del campo que se
acercan para empezar con sus vuelos, pienso que le he ganado 2
horas al fin de semana.
Parezco
el diablo de tasmania de los dibujos animados, con la furgoneta
en segunda y a toda pastilla a por gasolina. El camino seco queda
atrás con hilachos de polvo suspendidos en el aire. Tengo
que coger unos 60 litros, tomar un café y de vuelta al
campo. A ver si consigo que no se me enfríe el motor y
que no se me caliente el compañero de viaje...
Al
final, yo estaba rodando antes que él.
Bueno,
de nuevo en el aire. Ya empieza a haber algo de actividad en el
campo. Son las 1030 y vuelvo al precioso elemento balanceante.
Sopla un poco de viento del este en el valle, pero nada aprovechable
para mi envergadura de 8,4 m. Subo con la única ayuda del
motor y me quedo dando vueltas al campo a 2.000 pies para esperar
al Campana.
A
última hora parece que se apunta también un Bingo.
Estupendo, más divertido.
El
Campana con su mucho mayor envergadura, 12 metros, se va hacia
la Peña Izaga para aprovechar las corrientes ascendentes.
El Bingo sigue sus pasos e intenta también aprovechar la
energía circulante gratis. Doy vueltas para tenerlo localizado
y pierdo al Campana, al cual no vuelvo a ver hasta que estoy en
Zaragoza y lo veo aterrizar. Tampoco es que nos buscásemos
por el camino, porque por radio no nos podíamos comunicar
demasiado bien y además es una tarea bastante tediosa.
Y,
vuelta al valle de Sangüesa, dirección Cáseda.
40 km/h del este. El Bingo comunica que se da la vuelta, porque
su velocidad sobre el suelo era irrisoria y no digna de mención.
Además oían un ruido raro en el motor y preferían
quedarse cerca del campo. Despedidas de rigor y camino a Ejea
de los Caballeros, frontera entre lo civil y lo militar (las Bárdenas
Reales).
De
ahí hacia Gurrea y luego, siguiendo la autopista que lleva
a Zaragoza, hasta Villanueva de Gallego.
Al
Campana sigo sin verle y mucho menos oírle. Notifico que
estoy a unos 10 km de Villanueva con intención de aterrizar,
que somos dos aviones y que el otro va detrás de mí,
pero no sé donde. Pregunto que pista está en servicio
y en que dirección hacen los circuitos. Me notifican que
los circuitos son a izquierdas y que la pista en servicio es la
14. Voy bajando y como suele ser costumbre en mí, entro
en viento en cola izquierda para la 14 a algo más de 500
pies (¿no sé porque se elige una altura tan baja
y no los 1000 pies que necesito yo para mantenerme un minuto largo
y poder recorrer algo más de 2 km en caso de parada de
motor?). Notifico viento en cola izquierda para la 14 y oigo por
la radio que alguien más se incorpora a viento en cola
izquierda. Me asusto, cojo altura, me sitúo encima del
campo a 1500 pies y observo alrededor, no hay nadie, por la radio
alguien le contesta en catalán. ¡Maldita costumbre
de compartir todos la misma frecuencia! Una buena costumbre que
poco a poco se está imponiendo en nuestro campo es decir
el nombre del campo al final de la transmisión, así
evitamos despitar a otra gente.
Vuelvo a bajar, vuelvo a notificar viento en cola izquierda 14,
Villanueva, luego base izquierda para la 14 y ya de carrerilla
final izquierda para la 14. Una voz jocosa se deja oir por la
radio preguntando:
-
¿Y cómo es final derecha para la 14?
Si
es que, ¡siempre tiene que haber algún purista en
las ondas! Más tarde hablando con él, me comenta
que no hace falta notificar tanto, que uno debe incorporarse a
45º con el tramo de viento en cola, ir viendo los aviones
que están en el aire y listo. No sé, yo prefiero
oir al resto diciendo por donde están para quedarme más
tranquilo y que todo el mundo esté al tanto, pero, claro,
yo doy por sentado que todo el mundo lleva radio y además
encendida y que todo el mundo lleva a bordo un listado con todas
las frecuencias de los campos, cosa que no siempre se ajusta a
la realidad.
Cuando
estoy en base izquierda oigo una transmisión del Bingo
en Lumbier que dice que tienen problemas con el motor, que ratea
y que se temen una parada de motor en cualquier instante. Dicen
estar sobre Aoiz y van hacia el campo. Bajan revoluciones y parece
que va algo mejor, pero se temen una parada en cualquier momento.
Por suerte, el Bingo aterriza a 40 km/h, así que no creo
que tengan dificultades en aterrizar en un sembrado, pero siempre
es una situación peliaguda. Cuando ya están en final
y con la toma asegurada yo comienzo mi final en Villanueva y pierdo
la comunicación.
Por
la noche llamo al jefe del campo y me comunica que consiguieron
aterrizar, que estuvieron revisando el motor y que no encontraron
nada extraño. Que volvieron a probarlo en vuelo sobre el
campo y no daba problemas, pero en otro vuelo posterior les volvió
a ratear y luego ya no ha vuelto a dar problemas. Caprichosa mecánica...
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