¡Vaya
fin de semana! (4 de 5)
El
aterrizaje en Villanueva no presentó mayores complicaciones,
aunque el pequeño desnivel hacia abajo que presenta la
14 siempre me despista un poco.
Tras
saludar a todos los presentes hizo su aparición por la
pista 14 el Campana con una de sus características aproximaciones
a bajo nivel. Con esas alas es la única manera que tiene
de bajar, si no flota y flota hasta quedarse sin pista.
Estuvimos
tomando unas Cocas en el club y contando anécdotas que
se prolongaron durante la comida en la gasolinera más cercana.
Es increíble la cantidad de anécdotas que se pueden
llegar a almacenar en años de vuelo. La tertulia fue de
lo más entretenida y después de comer nos depedimos
hasta una próxima visita, marchando el Campana rumbo a
Lumbier y yo siguiendo mi viaje hacia Torremocha.
Habiendo
un poco de viento del Este el despegue lo llevé a cabo
metiendo el bastón al viento y comencé un ascenso
directo hasta unos 2500 pies, cuando a lo lejos veo en el aire
una avioneta como a mi misma altura. Estoy fuera del CTR de Zaragoza,
pero por no molestar pongo el motor a 2000 vueltas y me dejo caer
hasta los 1000 pies, no vaya a ser que alguien se me enfade...
A fin de cuentas, todo el que despegue para ir hacia el Norte
pasará por donde estoy ahora.
Dado
que voy solo y no tengo prisa opto por disfrutar del vuelo económico
y pongo el motor a 4000 revoluciones. Paso el punto de notificación
Echo y me dirijo hacia El Burgo de Ebro, de ahí pongo el
morro a rumbo 190º, casi paralelo a la supuesta carretera
que va a Belchite, pero la pierdo y sólo veo una especie
de caminito que no parece ser un auténtica carretera. Creo
que estoy perdido, pero me resisto a mirar el GPS. Tomo como referencia
un pequeño cañón entre rocas donde quizás
podría estar el Embalse de Moneva y varío el morro
hacia el Este para corregir la deriva producida por el viento.
Dejo a la derecha un pueblo que podría ser Belchite, pero
si fuese siguiendo el rumbo planificado tendría que haberlo
dejado a la izquierda. Busco algún pico un poco más
al Sur del pueblo, tal y como aparece en la carta, pero no lo
veo.
La
tentación de encender el GPS es grande, pero me resisto.
Antiguamente no tenían esas maravillas y llegaban a destino
(casi siempre).
Busco
en el cielo la estela de algún avión comercial que
haya hecho un viraje marcado, ya que en Calamocha, algo más
al Norte de Torremocha, existe un VOR y alguna vez me ha ayudado
a situarme esta pequeña triquiñuela orientativa.
Veo una estela que bien podría pasar por el VOR, pero no
hace ningún giro brusco, con lo que me sirve de poco, pero
sospecho que el VOR está en su vertical, con lo que podría
ser que estuviese en la dirección apropiada.
Llego
a un pequeño valle desde donde veo un monte que podría
ser el Palomera. Es el monte que siempre uso de referencia, porque
justo debajo a su Oeste se encuentra el campo de Torremocha, pero
su forma característica se identifica mejor desde el Oeste,
con lo que no hay manera de llegar a una conclusión firme.
Detrás debería estar la autovía que va hasta
Teruel y el valle por donde pasa la carretera, pero no lo veo,
da la sensación de que los montes siguen. En todo caso,
manteniéndome a este rumbo, al final debería llegar
al valle y una vez en él ya reconoceré la Palomera.
¡Para qué mirar el GPS!
Parece
que al final ya me voy orientando, iba rumbo a San Cristobal en
vez de hacia la Palomera, así que corrijo para pasar entre
ambos. Ya empiezo a ver el valle y el campo debería estar
en cualquier momento a la vista.
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